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¿Sientes una molestia en la boca y no sabes qué es? Podrías tener un mucocele. La salud bucal es un pilar fundamental para el bienestar general; por ello, aunque el mucocele es una pequeña afección, puede impactar significativamente en tu calidad de vida.
Aquí te explicamos todo lo relacionado con el mucocele para que conozcas de qué se trata y aprendas a prevenirlo.
¿Qué es el mucocele?
El mucocele, conocido también como fenómeno de retención mucosa, es un bulto lleno de líquido mucoso que se desarrolla tras un traumatismo en las glándulas salivales menores.
Esta inflamación en las glándulas salivales se origina por una obstrucción o daño de las mismas y causa interrupción del flujo de secreción de las glándulas en la cavidad oral.
El mucocele aparece en la cavidad bucal como un bulto transparente o de color azulado y es indoloro. Puede ser uno solo o múltiples y, aunque suelen confundirse con las aftas o llagas, que son una de las enfermedades dentales más frecuentes, son cosas distintas.
Si bien puedes confundir estos dos tipos de lesiones, se diferencian en algunos aspectos. Las aftas duelen y desaparecen a los pocos días, en cambio, el mucocele suele desarrollarse en zonas internas o profundas de la piel y tarda semanas o hasta meses en desaparecer. Además, por ser un bulto grueso, impide que lo puedas romper o explotar como con las aftas orales.
El mucocele, aunque no debe preocuparte mucho, puede molestarte al masticar, comer o hablar. En la mayoría de los casos no necesitas tratamiento para curarlo, pero si son grandes o perduran mucho tiempo, puedes acudir a tu odontólogo para una extirpación quirúrgica. Esta dependerá de qué tipo de mucocele presentas.
Tipos de mucocele
Existen diferentes tipos de mucocele según su origen y ubicación. Los dos principales son:
Por extravasación
Es el más común y se produce por la ruptura del conducto de las glándulas salivares que provoca la extravasación de mucosa bucal. Es decir, la saliva se escapa y se acumula en el tejido blando, formando una burbuja.
Tiende a aparecer con mayor frecuencia en niños y adolescentes, muchas veces como resultado de mordeduras por sus travesuras diarias, por roce de aparatos de ortodoncia, piercings en la boca o incluso al morder hielo o bolígrafos.
Por retención
Afecta principalmente a personas mayores de 40 años de edad. Se origina por una disminución o ausencia de la saliva en la boca como consecuencia de la obstrucción del conducto de la glándula salival por impurezas. Esto crea una litiasis o cálculo que puede causar dolor, inflamación y, a veces, infección.
Aunque la ubicación más frecuente de un mucocele es la superficie del labio inferior, puede producirse también en el labio superior, en la cara interna de la mejilla, en las caras anterior y dorsal de la lengua, y en el suelo de la boca.
Cuando el mucocele se presenta en el suelo de la boca recibe el nombre de ránula, y es un abultamiento benigno procedente de la glándula salival sublingual.
Causas del mucocele
Como te decíamos, esta lesión se caracteriza por la acumulación de saliva atrapada debajo del revestimiento de la boca y las causas pueden ser varias. Entre las más frecuentes están:
- Lesiones o traumas: un golpe o lesión en la boca puede dañar las glándulas salivales menores, lo que resulta en la obstrucción del flujo normal de saliva.
- Morderse o masticar el interior de la mejilla o labio: morderte frecuentemente la misma área de la boca es un hábito que puede producir irritación o daño en las glándulas que producen la saliva.
- Reacciones alérgicas: la alergia a ciertos alimentos, medicamentos o componentes y productos dentales pueden causar inflamación en las glándulas salivales y, en consecuencia, puede causarte obstrucción del conducto salival.
- Factores genéticos: hay personas que pueden tener una estructura glandular ligeramente diferente en la boca, lo que podría hacer que ciertas glándulas salivales sean más propensas a obstruirse o dañarse. También ciertas condiciones médicas hereditarias pueden influir en la aparición de estas protuberancias en la boca.
- Infecciones: aunque es una causa menos frecuente, existen ciertas infecciones que pueden causar esta afección. Entre ellas, la sialadenitis, que es causada por bacterias, y algunos virus, como el de la parotiditis o paperas, que pueden afectar las glándulas productoras de saliva, causando inflamación y aumento en el tamaño de las mismas.
- Malos hábitos dentales: la costumbre de morder objetos duros como lápices, bolígrafos, hielo o, incluso, alimentos duros, te puede provocar lesiones en las glándulas salivales.
- Presencia de piercings en los labios o la boca: si usas piercings y tienes un traumatismo en la zona alrededor del mismo por morderlo o golpearlo accidentalmente, puedes provocarte una ruptura en los vasos sanguíneos o en las glándulas salivales. Esto puede conducir a acumulación de saliva en el tejido epitelial y la formación de un mucocele.
Es importante que sepas que la causa principal de los mucoceles suele ser la obstrucción mecánica o el trauma en las glándulas salivales. Sin embargo, en general, cualquier cosa que interfiera con el flujo normal de saliva desde las glándulas puede aumentar el riesgo de formación de mucocele.
Tratamientos para el mucocele
Usualmente, los mucoceles son inofensivos y desaparecen solos en algunos días o semanas sin tener efectos secundarios. Gracias a un proceso natural de reabsorción, generalmente no requiere un tratamiento específico.
Aunque el mucocele no representa dolor ni es un problema grave, a veces resulta desagradable y en algunos casos, pueden reaparecer. Si regresa o persiste durante meses y te ocasiona molestias al hablar o comer, puedes necesitar una extirpación quirúrgica, la cual es una opción efectiva y segura.
¿En qué consiste el procedimiento quirúrgico para el mucocele?
Este tipo de cirugía oral se llama mucocelectomía, es bastante sencilla y se realiza con anestesia local para tu comodidad.
En esencia, el odontólogo o cirujano bucal realizará una incisión en la base del bulto para acceder al contenido líquido o gelatinoso. Retirará la superficie externa para eliminar el tejido afectado, lo cual evitará que el bulto se llene nuevamente después de cicatrizar. Por último, te aplicará puntos de sutura para cerrar la incisión y permitir la cicatrización adecuada.
Posteriormente, el especialista te dará algunas recomendaciones para tu recuperación, que pueden incluir seguir una dieta blanda y evitar alimentos y bebidas calientes. Además de consejos sobre higiene bucal, como el uso de enjuagues con clorhexidina durante algunas semanas para prevenir molestias e infecciones.
También te dará indicaciones de cómo manejar cualquier molestia postoperatoria y posiblemente te prescribirá medicamentos para el dolor, antiinflamatorios y para prevenir infecciones.
Hoy en día, para este tipo de lesiones también existen otras opciones modernas y cómodas, como la crioterapia (aplicación de frío extremo) y el láser. Son métodos menos invasivos que la cirugía convencional y facilitan la recuperación. Puedes consultarlos con tu odontólogo para que te ofrezca mayores detalles.
¿Cómo prevenir el mucocele?
Algunas precauciones que podemos tomar evitar este tipo de lesión bucal son las siguientes:
- Evita morderte los labios: un punto clave para prevenir el mucocele es simplemente evitar morderte de forma repetida los labios, las mejillas o cualquier parte interna de la boca.
- Cera de ortodoncia: si las rozaduras ocasionadas por estos tratamientos dentales son un problema, ¡no te preocupes! Puedes usar cera específica para prevenir daños en la mucosa oral.
- Hábitos amigables: elimina hábitos perjudiciales como morder objetos duros o el consumo de tabaco, ya que pueden favorecer la aparición del mucocele.
- Cuida tu salud bucal: mantén una buena higiene bucal, cepillándote los dientes, usando enjuague bucal e hilo dental regularmente. Esto te ayuda a prevenir infecciones que podrían afectar las glándulas salivales.
- Protección en deportes: si te encanta el deporte y quieres cuidar tu boca, ¡no olvides usar un protector bucal para evitar lesiones!
- Cautela con los piercings: si estás pensando ponerte un piercing, elige a un profesional que se preocupe por la higiene y esterilización para reducir el riesgo de tener mucoceles. Y si ya lo tienes, evita morderlos o golpearlos para prevenir algún tipo de lesiones.
- Suprimir hábitos de succión prolongada: cuando se trata de niños, es clave tratar de que reduzcan o eliminen hábitos de succión como chuparse el dedo o el uso de chupones por largo tiempo. Esto podría ejercer presión sobre las glándulas salivales.
Es importante estar atento a cualquier cambio o anomalía en la boca y buscar atención médica si es necesario, porque cada caso de mucocele puede ser único. Si notas algo extraño en tu boca, lo más recomendable es consultar a tu odontólogo de confianza para que te haga un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
Cuidar la salud bucodental de manera integral y mantener un equilibrio en toda la cavidad oral es importante para evitar afecciones. Estas, aunque pueden ser menores, también pueden complicarse y afectar tu capacidad de hablar y comer.
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