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De pequeños, nos enseñan que los dientes están conformados por varios elementos. Uno de ellos es la corona, una parte visible que está por encima de la encía y que determina el tipo de diente (incisivo, canino, premolar o molar).
A veces, a pesar de los cuidados que podamos tener, la corona sufre algún daño que amerita una reconstrucción o sustitución para proteger el interior del diente.
A esto lo conocemos como corona dental, pero ¿sabes en qué consiste, conoces cuáles son sus ventajas y desventajas, y cuánto pueden durar? ¡A continuación, te lo explicamos!
¿Qué es una corona dental?
Una corona dental es una prótesis fija que se pone sobre el diente para mejorar su aspecto, su estructura funcional y proteger el interior del diente. Está hecha a la medida de cada paciente, con una forma y color parecidos a la pieza original, lo que la hace parecer real. Esto permite la recuperación estética y mejora los procesos de masticación.
La colocación de una corona es recomendable en los siguientes casos:
- Restauración: cuando hay un diente dañado, desgastado, agrietado o frágil, bien sea como consecuencia de una caries o de un traumatismo.
- Cubrir el espacio que antes ocupaba un diente.
- Luego de un implante dental: al paciente se le pone un elemento metálico en el hueso maxilar, debajo de la encía, y luego el odontólogo coloca sobre él la corona o puente fijo para reemplazar el diente.
- Estética dental: cuando se quiere mejorar la forma o el color de un diente para lograr una mejor sonrisa. Normalmente, ocurre en dientes con endodoncias o casos en los cuales no es posible corregir la coloración mediante un blanqueamiento dental. En ocasiones, el especialista podría recomendar otra opción como las carillas dentales. No obstante, las coronas cubren la totalidad del diente hasta sobrepasar la línea de la encía, mientras que las carillas solo cubren la cara anterior y necesitan la estructura del diente para apoyarse.
- Durante un tratamiento de conductos (endodoncia), debido a que el diente se puede debilitar y la corona ayudaría a su fortalecimiento.
Para poner una funda dental es necesario ir a consulta dos o tres veces. En la primera visita, el odontólogo prepara el diente que amerita la prótesis. Cuando queda poca estructura dental disponible, se utiliza un material de resina para reconstruir la pieza que servirá de soporte para la corona.
El dentista reducirá el tamaño del diente para que la prótesis quede ajustada sobre él. Luego, tomará una impresión para tener un molde exacto y escogerá el material y el color que más se asemeje al diente original. Esa impresión es llevada a un laboratorio dental para que el técnico dental haga la corona permanente. Mientras tanto, el odontólogo cubrirá la pieza a reparar con una corona temporal.
Cuando la prótesis esté lista, el paciente acudirá a una nueva consulta para eliminar esa pieza temporal y cementar la corona al diente.
Las coronas se pueden usar tanto de forma individual, para cubrir un solo diente, como unidas a otras para que funcionen de manera conjunta o sustituyan una pieza perdida. Cuando hablamos de más de una corona, se trata de un puente dental.
Tipos de coronas dentales
La clasificación está relacionada con el material del que están hechas. Por lo tanto, los tipos de coronas dentales pueden ser los siguientes:
Coronas de metal-porcelana
La parte interior se fabrica en metal y la parte visible es de porcelana. Son resistentes y se suelen emplear en los dientes posteriores para evitar que el metal se vea por las encías.
Coronas de metal
En la actualidad, ya no suelen utilizarse. Estas prótesis dentales se fabrican en oro, níquel, paladio o cromo. Son de larga duración.
Coronas de porcelana
Son más frágiles que las coronas de metal-porcelana o zirconio. Se suelen usar para restaurar la estética de los dientes anteriores debido a que tienen mejores colores naturales.
Coronas de zirconio o circonio
Son ligeras y translúcidas. Este material es capaz de reflejar la luz igual que un diente natural. Este tipo de prótesis es indicado para evitar que los pacientes desarrollen alergias o reacciones adversas. Sin embargo, es importante destacar que este tipo de coronas son tan duras que pueden llegar a fracturar los dientes.
Coronas de resina
Se emplean de forma provisional. Con el material blando se protegen los dientes mientras se toman las medidas y se hace la cementación de la corona dental.
Coronas de acrílico
Son coronas provisionales que se utilizan para proteger el diente reconstruido antes de poner la corona fija. Este material se deteriora en tiempo corto y pierde su dureza por efecto de la masticación.
Ventajas y desventajas de las coronas
Como todo tratamiento, las coronas dentales tienen algunos pros y contras. ¡Aquí te enumeramos algunos de ellos!
Ventajas:
- Tienen un alto porcentaje de éxito en comparación con otros métodos de restauración dental.
- Son duraderas, sobre todo, si el paciente tiene buenos hábitos de higiene bucal.
- Se hacen a la medida del diente, lo que la asemeja a sus dientes naturales para lograr el mejor resultado estético.
Desventajas:
- Es un procedimiento irreversible: para poner una corona hay que tallar el diente que se va a cubrir.
- Puede generar hipersensibilidad dental: pocos días después del procedimiento es posible experimentar molestias al consumir bebidas y comidas frías o calientes.
¿Cuánto duran las coronas dentales?
Estas prótesis fijas pueden durar en perfectas condiciones entre 5 y 12 años. Todo va a depender del material utilizado, la oclusión (alineamiento de los dientes y la forma en que se ajusta la mordida) y la salud bucodental.
También pueden influir los tratamientos de ortodoncia, ya que durante el proceso de corrección hay riesgo de que la corona se desplace o fracture con el paso del tiempo. Depende de qué tan bien se haya colocado.
La periodontitis aguda (que provoca una infección en las encías por la acumulación de bacterias) también incide en la duración de las coronas y hacen que se desprendan con mayor facilidad.
Por más trivial que parezca, es importante que el paciente evite emplear sus dientes como herramienta para abrir algún envase, ya que el roce y la fuerza que se aplica puede destruir la corona dental.
Para mantener los dientes y las encías sanas es fundamental tener una buena higiene dental. Esto abarca una técnica de cepillado correcta (al menos, tres veces al día), el uso de hilo dental y el de enjuague bucal, y que el odontólogo haga una limpieza todos los años.
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